Sabemos perfectamente que la preparación de una boda puede ser una montaña rusa y que es fácil sentirse atrapado en un torbellino de elecciones y decisiones. Desde buscar el lugar perfecto hasta elegir el atuendo de ensueño y asegurarse de que las invitaciones son perfectas, hay un montón de cosas que hacer. Y no olvidemos que la vida sigue dando tumbos como siempre, lanzando sus bolas curvas cuando menos te lo esperas. Así que, a medida que se acerca tu gran día, es totalmente natural tener momentos de «Gah, ¿esto se va a acabar alguna vez?».

Pero no os preocupéis, amigos. Nosotros ya hemos pasado por esto y estamos aquí para contarte cómo mantener a raya al monstruo del estrés para que puedas saborear de verdad cada momento del día de tu boda.

Anticipar y planificar

Ser organizado es el método más eficaz para evitar el estrés. Lo primero es lo primero: anticiparse a lo que hay que hacer y hacer una lista. Nos gusta llamarlo nuestro cuaderno de «organización de bodas sin estrés» o un elegante archivo Excel. Una vez que lo tengas claro, podrás seguir el plan sin sudar ni preocuparte por los olvidos.

Escalonar las distintas tareas

Ahora, cuando llegue el momento, date al menos un año para planificar el día de tus sueños. Pero no intentes abarcarlo todo en unos pocos meses. De ninguna manera, esa es una receta para una sobrecarga de estrés. Distribúyalo, aborde sólo dos o tres tareas cada trimestre. Algunas cosas, como encontrar un lugar bonito para la recepción, un servicio de catering estupendo y un fotógrafo de primera, deberían ser tu máxima prioridad. Otras, como probar el maquillaje, pueden enfriarse un poco. Evite el pánico a última hora planificando con inteligencia.

Lo entendemos, quieres que todo sea perfecto, pero no te preocupes por las cosas pequeñas. Se trata de la regla del 80/20. Haz y planifica el 80% y deja el 20% para alguna improvisación de última hora. Prepárate para los imprevistos del gran día. Ocurren, confía en nosotros.

Delegado

Delegue y ahórrese tiempo y estrés. Reúne a las tropas, pide ayuda a tus compañeros. Probablemente aprovecharán la oportunidad para unirse a la aventura de la boda. Si quieres dar un paso más, considera la posibilidad de contratar a un organizador de bodas. Son como los superhéroes de la preparación de bodas, y pueden quitarte un gran peso de encima.

Simplifique

Que sea sencillo, amigos. Sabemos que quieres deslumbrar, pero no te pases y te estreses. Si algo te causa mucho estrés, déjalo estar. Céntrate en lo esencial. Se trata de un ambiente relajado pero con clase.

Recuerda que es tu día y que está hecho para ser increíble, no una olla a presión. Relájate, sigue estos consejos y en un abrir y cerrar de ojos estarás capturando bellos recuerdos con las fotos de tu boda.

Compruebe sus proveedores

Tenemos una pequeña sabiduría que compartir cuando se trata de tu gran día: comprueba dos veces a tus proveedores. Lo entendemos: quieres que el equipo ideal para tu boda esté en sintonía con tu visión y tus valores. Tiene que sentirse bien, ¿sabes? Y cuando estás rodeada de profesionales de confianza, es como un soplo de aire fresco en el torbellino de la organización de bodas. Nadie necesita ese estrés adicional.

Pero, ¡no olvide dejar algo de espacio para la espontaneidad! Las bodas, grandes o pequeñas, son como algo sagrado y mágico que puede estar lleno de giros inesperados. No puedes controlar todos los detalles, aunque lo intentes. Así que esto es lo que hay que hacer: esbozar el plan del día, poner en orden las cosas imprescindibles y dejar que el resto caiga por su propio peso. Déjate llevar y empápate de la magia.

Optimización del tiempo

El tiempo es oro, ¿verdad? Así que no lo desperdicies. Si te gusta un proveedor y te parece sólido, no hace falta que vayas de vendedor en vendedor por toda la ciudad. El presupuesto es bueno, tienes confianza: charla por vídeo o en persona. Mantenlo frío, mantenlo simple.

Tener una mentalidad abierta

La preparación de la boda puede ser una montaña rusa, créenos. Puede que tú y tu pareja tengáis ideas diferentes, y eso está bien. A lo mejor quieren ir pedaleando a la ceremonia en bicicleta, y tú estás pensando en un coche de la vieja escuela. Bueno, no hay que preocuparse por las cosas pequeñas. Compromiso: ¿qué tal una gran entrada en bicicleta en la recepción? Mantén la mente abierta, háblalo y deja que fluya la creatividad. Al fin y al cabo, es un trabajo de equipo.

Relativizar

Y cuando las cosas se pongan peliagudas, da un paso atrás y pregúntate: «¿Esto va a importar a largo plazo?». Lo más probable es que no. Hay una solución para cada contratiempo en el viaje de bodas. Así que relájate, relativiza y céntrate en lo que de verdad importa.

Tómatelo con calma

Si eres como nosotros y tiendes a acumular compromisos y responsabilidades, ninguna técnica de relajación podrá salvarte el día. Hemos aprendido por las malas que intentar ser un espectáculo unipersonal es una receta para el desastre. Seamos sencillos, amigos (el minimalismo está de moda en las bodas). Busca proveedores de confianza y deja que hagan su magia. Tu familia y tus amigos están deseando ayudar, así que deja que colaboren según sus habilidades e intereses.

Déjate guiar

Ahora, hablemos de estar en el momento. Lamentamos decírselo, pero nunca nada sale bien. Ya sean cancelaciones de última hora de invitados, lluvia inesperada o un apagón sorpresa durante la cena, siempre hay algo. Pero aquí está la salsa secreta: su boda se trata de su compromiso mutuo. Así que, hazlo personal, rodéate de tus seres queridos y empápate de todo.

Una noche de sueño reparador

Lo entendemos, los nervios previos a la boda son reales. La mente se acelera y el sueño parece un recuerdo lejano. Este es nuestro consejo: apaga esas pantallas al menos una hora antes de acostarte y resiste los cantos de sirena de Pinterest después de cenar. Aprovecha ese tiempo para cuidarte, mimarte, darte un largo baño o leer un buen libro.

Escapar y desconectar

Durante todo el frenesí de planificación de la boda, no olvides tomarte descansos. Es fácil sentirse abrumado cuando se está en todo, todo el tiempo. En lugar de eso, pulsa el botón de pausa. Manténgase activo, pase tiempo de calidad con su futuro cónyuge, medite o escápese con amigos. Tú y tu pareja os merecéis un poco de «tiempo para vosotros». Y recuerda, hay una regla de oro: cuando es tu momento de relajarte, las bodas están prohibidas. Ya sea una cena elegante, una noche de cine o una escapada de fin de semana, haz que todo gire en torno a ti y a tu historia de amor.

FOTOGRAFIA DE BODAS EN RIVIERA MAYA

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